Leopoldo Lugones

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“Su voz te dijo una caricia vaga,
Y al penetrar entre tus muslos finos,
La onda se aguzó como una daga”



LEOPOLDO LUGONES

Villa de María, (Córdoba) 13/06/1874
El Tigre (Buenos Aires), 19/02/1938



Fue el primogénito de Santiago Lugones y de Custodia Argüello.  A los diez años se destacaba por su excelente memoria, su gusto por la lectura y su interés por las ciencias naturales.  A los 19 años, la crítica situación económica de su familia lo llevó a tener que comenzar a trabajar y convertirse en un autodidacta. Para esa misma época, comenzó a perfilar lo que posteriormente sería una contradictoria vida política al convertirse en director del periódico liberal y anticlerical El Pensamiento Libre   y alistarse voluntariamente para enfrentar las fuerzas reaccionarias sublevadas en la ciudad de Rosario.  Posteriormente, en Córdoba, se contagió con la rebeldía estudiantil del momento, participando en huelgas estudiantiles y llegando hasta fundar un centro socialista.  Igualmente, se relacionó estrechamente con los payadores del barrio y llegando hasta publicar versos muy controversiales, bajo el seudónimo de Gil Paz.

El año de 1896 se traslada a Buenos Aires, donde contrae matrimonio con Juana González.  Allí se unió al grupo socialista de escritores integrado, entre otros con José Ingenieros, Roberto Payró, Ernesto de la Cárcava.  Por ese tiempo escribió numerosos ensayos en el periódico socialista La Vanguardia y en La Tribuna, con gran reconocimiento de la crítica a su talento de escritor.  A los 22 años, comienza a escribir en el diario La Nación, llevado de la mano de su amigo, Rubén Darío. Publicó en 1897 su primer libro Las Montañas de Oro, aunque hay que reconocer que influido tardíamente por el gran poeta nicaragüense en la escuela del romanticismo francés.  El siglo XX lo sorprende en medio de una intensa producción literaria, llegando a escribir algunas de sus obras más valoradas, al inscribirse esta vez en el modernismo hispanista y a las nuevas corrientes francesas del simbolismo, decadentismo, postnissianismo, resumidos en su Crepusculario del Jardín (1905).  Mas tarde, en 1906, comenzará a plasmar sus habilidades como narrador de cuentos de misterio, lo cual, junto con los Cuentos Fatales, publicado en 1926, de gran calidad, hasta el punto que se le relacione con lo que algunos críticos le atribuyen una poderosa influencia sobre escritores de la talla de Jorge Luis Borges, primero y, posteriormente, de Julio Cortázar

En la etapa final de su vida, extrañamente abrazó y cultivó un pensamiento políticamente reaccionario, con marcados matices racistas, que aún hoy sorprende a sus biógrafos, dado que contradice flagrantemente el pensamiento de avanzada de sus años juveniles. Su muerte, auto infringida en una isla de El Tigre, República Argentina, es hoy, todavía, objeto de mucha controversia.


A continuación, dos de sus más celebrados trabajos poéticos; 


ALMA VENTUROSA


Al promediar la tarde de aquel día
cuando iba mi habitual adiós a darte
fue una vaga conjuga de dejarte
lo que me hizo saber que te quería.

Tu alma, sin comprenderlo, ya sabía…
Con tu rubor me iluminó al hablarte
y al separarnos te pusiste aparte
del grupo, amedrentada todavía.

Fue silencio y temblor nuestra sorpresa
mas ya la plenitud de la promesa
nos infundía un júbilo tan blando

Que nuestros labios suspiraron quedos
y tu amor entremecíase en tus dedos
como si se estuviera deshojando.


OCEANIDA

El mar, lleno de urgencias masculinas,
bramaba alrededor de tu cintura
y como un brazo colosal, la oscura
ribera te amparaba.  En tus retinas,

Y en tus cabellos, y en tu astral blancura,
rieló con cadencias opalinas,
esa luz de las tardes mortecinas
que en el agua pacífica perdura.  


Palpitando a los ritmos de tu seno
Hinchóse en una ola el mar sereno,
ara hundirte en sus vértigos felinos

Su voz te dijo una caricia vaga,
Y al penetrar entre tus muslos finos,

La onda se aguzó como una daga.




Nota:
Vídeo bajado del portal youtube.com, del poeta argentino

 / Leopoldo Lugones /

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